CONSEJOS ZALAVET: HIGIENE PERRO Y GATO
Los animales tienen un olor característico y en determinadas situaciones, este olor puede resultar bastante incómodo para nuestras delicadas narices humanas. La expresión “hueles a perro mojado” no es precisamente un halago, pero ¿por qué el agua hace que nuestros peludos huelan tan fuerte?
La respuesta es relativamente sencilla y se debe a dos factores principales: la presencia del sebo protector en la piel del can (especialmente común en los perros de caza) y de los ácidos orgánicos beneficiosos para el animal, producidos por bacterias, que habitan en su pelo. Tanto el sebo como los ácidos orgánicos, al entrar en contacto con el agua, producen este característico aroma. Un olor que puede impregnar todos los rincones de la casa, el coche o incluso nuestra ropa. La siguiente pregunta que nos hacemos es: ¿cómo podemos evitarlo?
“Evita que se moje”, obvio, pero utópico. Charcos, riachuelos, jardines con barro, el mar, lagos, lluvia, nieve... Si has tenido perro, sabrás que por lo general son como niños pequeños y les encanta un buen chapuzón. Así que una vez el perro esté mojado debemos secarlo a conciencia, con una toalla o un secador, para eliminar bien toda la humedad de su pelo.
En perros con el pelo largo, se recomienda el cepillado diario, usando un deslanador o carda. Cada cuatro semanas, es aconsejable bañar al animal, usando agua tibia y un champú específico. También es recomendable acostumbrar a tu perro al secador desde pequeño. Además, el uso de un perfume especial para perritos nos puede ayudar a que nuestro peludo huela de maravilla.
Otros consejos básicos de higiene general canina son:
- Realizar desparasitaciones internas y externas con frecuencia.
- Revisar y limpiar los oídos y ojos del perro con una gasa húmeda una vez por semana.
- Usar empapadores si es un cachorro o el animal tiene problemas de incontinencia.
- Cuidar su boca con limpiezas periódicas y productos especiales para prevenir el mal aliento.
- Mantener las uñas del animal siempre cortas.
A diferencia de los perros, los gatos son animales mucho más cuidadosos a nivel de limpieza y dedican innumerables horas diarias al acicalamiento personal, a base de lamer y frotar. Así que si tienes un minino estás de suerte, ya que no vas a experimentar tantos problemas de olores como con un perro. Por lo general, a los felinos no les gusta demasiado el agua, por eso debemos acostumbrarlos al baño desde pequeños (2-3 meses de edad). El uso de agua tibia y un champú específico es recomendable y es clave evitar que les entre agua en los oídos.
En gatos, es aconsejable el cepillado de pelo semanal, aunque en épocas de muda o razas de pelo muy largo, la frecuencia debe ser diaria. También se recomiendan desparasitaciones periódicas externas e internas y mantener las uñas del animal siempre cortas.
Por último, es básico enseñar al gatito a hacer sus necesidades en su arenero, que deberá encontrarse fuera de la cocina y alejado de la comida del animal, además de retirar los excrementos a diario y cambiar la arena con regularidad. Las mujeres embarazadas no deben manipular el arenero, ni las heces, para reducir el riesgo de contraer toxoplasmosis.
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